Las claves del buen escritor (Por: Miguel Páez, director Relata Ibagué)

Escribir es un oficio para personas con agallas. Seres que saben que el ejercicio de escribir requiere disciplina y dedicación. Por algo dice Vargas Llosa que, más que inspiración, lo que necesita un escritor es trabajar. Solo así se logra consolidar una obra que trascienda entre las muchas que se publican a diario.


Con base en la lectura del libro “Mientras Escribo”, de Stephen King, surgen estas claves que definen al buen escritor, claves que todo buen escritor sabe y aplica en el trabajo cotidiano, porque, como dice André Jute, lo que diferencia a un escritor del resto de la gente, es que escribe al menos una página diaria.

Los buenos escritores son observadores. Es la conclusión que nos queda del libro de Stephen King. Un observador de su propia realidad, de la realidad que lo circunda y de la realidad de la literatura. Idea que reafirma el escritor y periodista Juan José Millás cuando afirma que “no se puede escribir sin ser un observador". Y agrega Millás: el escritor "tiene la obligación de ser un observador perspicaz y crítico, de lo contrario, podrá escribir el Código Civil pero no una novela". Por esa razón escribir se parece a tomar una fotografía. Uno toma fotografías de lo que le interesa. Un buen escritor escoge qué aspectos de su vida y de la realidad merecen quedar en el álbum de sus fotos. Y luego las convierte en historias.

Los buenos escritores leen. Para la mayoría de los grandes escritores se trata de un requisito fundamental. Pero un escritor no lee por leer. Se trata de leer para saber qué están escribiendo en la actualidad los escritores más renombrados, qué los inspira y quiénes son sus referencias. Por esa razón un escritor de novela o cuento debe consultar qué se ha escrito sobre el tema de sus historias. Si esa idea que considera original y propia se asemeja a lo que escribieron otros. Antes de sentarse a escribir es bueno leer para saber qué escriben los demás y para estudiar el estilo y la forma en que los demás relatan sus historias.

Los buenos escritores son disciplinados. Hacia la página 90 King dice: “Leer toma su tiempo, y el pezón de cristal te roba demasiado. Una vez destetada del ansia efímera de tele, la mayoría descubrirá que leer significa pasar un buen rato”. Más adelante afirma que “la tele es lo que menos falta le hace a un aspirante a escritor”. Esto indica que el buen escritor aprende a eliminar las distracciones, lo que se traduce en la capacidad para concentrarse en su trabajo. Hay escritores que, como es el caso de Stephen King, apagan sus teléfonos celulares por días, pasan semanas sin tocar sus redes sociales, no miran su correo electrónico, se refugian en lugares solitarios, todo con el fin de respetar la disciplina que exige la escritura. Además de tener un horario y una rutina.

Los buenos escritores investigan. En la página 147 King nos recuerda que para la construcción de una excelente historia “es inevitable investigar un poco”. Un buen escritor reununcia a la idea egocéntrica de creer que todo lo que escribe es perfecto. Como dice Stephen King, Escribir es un trabajo duro, solitario, de mucha lectura, de mucho insistir y también de mucha investigación. Al respecto dice Juan Gabriel Vásquez que escribir una historia requiere una profunda investigación. Antes de escribir sobre un tema determinado es necesario investigar y adquirir una metodología de investigación que funcione.

Los buenos escritores viven. La primera parte de mientras escribo se titula “Vivir”. Con esto el autor nos hace ver con claridad que escribir es sobre todo vivir. Primero somos seres vivos con necesidades y experiencias, y que luego somos escritores. Por eso, no podemos separar la escritura de la vida. Los buenos escritores entienden que para poder escribir historias es necesario vivir experiencias. En ese sentido, viajar y conocer personas se convierten en elementos que permiten acrecentar el caudal de experiencias. Pero no basta con mirar las cosas que pasan en nuestra vida. Es necesario interactuar con la gente que nos encontramos en cada viaje, en cada calle. Conocer sus vidas, porque la literatura se alimenta de las personas de carne y hueso para construir personajes que marquen al lector. Cada experiencia nueva puede traducirse en el inicio de una investigación que dé como resultado una nueva gran historia.

Los buenos escritores corrigen. En el compromiso disciplinado por escribir, el escritor sabe que se debe a sus lectores y por tanto asume ese reto con responsabilidad y seriedad. Por eso no publica un relato antes de estar seguro que con ese texto le muestra su respeto al lector, así le tome mucho tiempo corregir y corregir. Decía Gabriel García Márquez que el mejor cuento era aquel que se contaba porque así era preciso hacerlo. Es decir, porque había alcanzado una calidad que merecía ser compartida con los lectores. Nadie escribe para contar cualquier historia. Tampoco escribe solo para sí mismo, aunque esa sea la motivación que movió a Sinuhé el egipcio para escribir su historia. Se escribe porque el escritor está dispuesto a poner lo mejor de sí en el proceso y porque pretende crear una historia que genere sentimientos en los lectores.

Y ustedes, ¿por qué escriben?

Mr. Poe*

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