Escribir es un oficio para personas con agallas. Seres que
saben que el ejercicio de escribir requiere disciplina y dedicación. Por algo
dice Vargas Llosa que, más que inspiración, lo que necesita un escritor es
trabajar. Solo así se logra consolidar una obra que trascienda entre las muchas
que se publican a diario.
Con base en la lectura del libro “Mientras Escribo”, de
Stephen King, surgen estas claves que definen al buen escritor, claves que todo
buen escritor sabe y aplica en el trabajo cotidiano, porque, como dice André
Jute, lo que diferencia a un escritor del resto de la gente, es que escribe al
menos una página diaria.
Los buenos escritores son observadores. Es la
conclusión que nos queda del libro de Stephen King. Un observador de su propia
realidad, de la realidad que lo circunda y de la realidad de la literatura.
Idea que reafirma el escritor y periodista Juan José Millás cuando afirma que
“no se puede escribir sin ser un observador". Y agrega Millás: el escritor
"tiene la obligación de ser un observador perspicaz y crítico, de lo
contrario, podrá escribir el Código Civil pero no una novela". Por esa razón
escribir se parece a tomar una fotografía. Uno toma fotografías de lo que le
interesa. Un buen escritor escoge qué aspectos de su vida y de la realidad
merecen quedar en el álbum de sus fotos. Y luego las convierte en historias.
Los buenos escritores leen. Para la mayoría de los
grandes escritores se trata de un requisito fundamental. Pero un escritor no
lee por leer. Se trata de leer para saber qué están escribiendo en la
actualidad los escritores más renombrados, qué los inspira y quiénes son sus
referencias. Por esa razón un escritor de novela o cuento debe consultar qué se
ha escrito sobre el tema de sus historias. Si esa idea que considera original y
propia se asemeja a lo que escribieron otros. Antes de sentarse a escribir es
bueno leer para saber qué escriben los demás y para estudiar el estilo y la
forma en que los demás relatan sus historias.
Los buenos escritores son disciplinados. Hacia la
página 90 King dice: “Leer toma su tiempo, y el pezón de cristal te roba
demasiado. Una vez destetada del ansia efímera de tele, la mayoría descubrirá
que leer significa pasar un buen rato”. Más adelante afirma que “la tele es lo
que menos falta le hace a un aspirante a escritor”. Esto indica que el buen
escritor aprende a eliminar las distracciones, lo que se traduce en la
capacidad para concentrarse en su trabajo. Hay escritores que, como es el caso
de Stephen King, apagan sus teléfonos celulares por días, pasan semanas sin
tocar sus redes sociales, no miran su correo electrónico, se refugian en
lugares solitarios, todo con el fin de respetar la disciplina que exige la
escritura. Además de tener un horario y una rutina.
Los buenos escritores investigan. En la página 147
King nos recuerda que para la construcción de una excelente historia “es
inevitable investigar un poco”. Un buen escritor reununcia a la idea
egocéntrica de creer que todo lo que escribe es perfecto. Como dice Stephen
King, Escribir es un trabajo duro, solitario, de mucha lectura, de mucho
insistir y también de mucha investigación. Al respecto dice Juan Gabriel
Vásquez que escribir una historia requiere una profunda investigación. Antes de
escribir sobre un tema determinado es necesario investigar y adquirir una
metodología de investigación que funcione.
Los buenos escritores viven. La primera parte de
mientras escribo se titula “Vivir”. Con esto el autor nos hace ver con claridad
que escribir es sobre todo vivir. Primero somos seres vivos con necesidades y
experiencias, y que luego somos escritores. Por eso, no podemos separar la
escritura de la vida. Los buenos escritores entienden que para poder escribir
historias es necesario vivir experiencias. En ese sentido, viajar y conocer
personas se convierten en elementos que permiten acrecentar el caudal de
experiencias. Pero no basta con mirar las cosas que pasan en nuestra vida. Es
necesario interactuar con la gente que nos encontramos en cada viaje, en cada
calle. Conocer sus vidas, porque la literatura se alimenta de las personas de
carne y hueso para construir personajes que marquen al lector. Cada experiencia
nueva puede traducirse en el inicio de una investigación que dé como resultado
una nueva gran historia.
Los buenos escritores corrigen. En el compromiso
disciplinado por escribir, el escritor sabe que se debe a sus lectores y por
tanto asume ese reto con responsabilidad y seriedad. Por eso no publica un
relato antes de estar seguro que con ese texto le muestra su respeto al lector,
así le tome mucho tiempo corregir y corregir. Decía Gabriel García Márquez que
el mejor cuento era aquel que se contaba porque así era preciso hacerlo. Es
decir, porque había alcanzado una calidad que merecía ser compartida con los
lectores. Nadie escribe para contar cualquier historia. Tampoco escribe solo
para sí mismo, aunque esa sea la motivación que movió a Sinuhé el egipcio para
escribir su historia. Se escribe porque el escritor está dispuesto a poner lo
mejor de sí en el proceso y porque pretende crear una historia que genere
sentimientos en los lectores.
Y ustedes, ¿por qué escriben?