Uno de los
géneros más complicados de escribir es el policíaco. Desde que conocí su
estructura, me llamó la atención. Quizá más adelante, habrá la oportunidad en
nuestra naciente revista digital de abordar los aspectos más complejos de este
interesante género.
En la
búsqueda de autores de este género me encontré con Phyllis Dorothy James,
conocida como P.D. James. El primer libro suyo que cayó en mis manos se titula
Sabor a muerte.
El motivo
por el cual me gusta leer este relato es por la forma como la escritora P. D.
James toma la historia de un crimen y lo convierte en el pretexto más delicioso
y excitante para echarle una mirada cínica a los seres humanos. El motivo de
esa fascinación obedece al lenguaje descriptivo, detenido y con una pizca de
humor muy inglés que utiliza la autora en esta novela,considerada una de las
más significativas del género policíaco.
Con
respecto a la autora, empezó tardía su vida de escritora. Quizá sea una de las
razones por las cuales me ha interesado sus obras, ya que me veo reflejado en
ella, al empezar mi vida otoñal como escritor. Además, trabajó en el
departamento de policía, en los servicios forenses del Ministerio del Interior,
labor que le dio herramientas para escribir con cierta autoridad sobre los
casos criminales, a lo largo de sus novelas. Así, como Agatha Christie (su
seudónimo como escritora) creó al famoso detective Hércules Poirot. Cabe
resaltar que para P. D. James su referente sería el inspector Adam Dalgliesh.
Sus obras
más importantes: Un impulso criminal (1963), Muertes poco
naturales (1967), Mortaja para un ruiseñor (1971), Muerte de un forense (1977) e Intrigas
y deseos (1989) forman parte de la serie de novelas negras protagonizadas por
su inspector estrella, Dalgliesh, y el que más fama le reportó dentro y sobre
todo fuera de su país. La torre negra (1975), Sangre inocente (1980) o Sabor a
muerte (1986) también fueron obras muy populares de la escritora.
Por: Fred Humberto Martínez (Integrante Relata Ibagué)