Por Jennyfer Paola Guzmán Rodríguez, docente de castellano
"Amar la lectura es trocar horas de hastío por horas de inefable y deliciosa compañía" Jhon F. Kennedy
Desde nuestro quehacer pedagógico tenemos la posibilidad de alimentar el alma a través del conocimiento, gran parte de esta ardua labor la logramos materializar a través de la lectura y más aún en tiempos donde el factor sorpresa juega un papel fundamental. Siendo así, como hace algunos meses vivíamos en medio de mundos posibles con la fortuna de poder enriquecer nuestras tertulias a través de la interacción social, pero más tarde por circunstancias adversas nos quedamos con el sinsabor de emprender nuestro aquelarre a través de un dispositivo electrónico, pero con la plena certeza que la lectura resulta siendo la excusa perfecta para crear y sobre todo para pintar en nuestra mente por medio de un círculo cromático historias que solo perviven en ese lector inquieto que entrega su vida al goce que produce el encuentro inesperado con los libros.
Así nuestro espacio el TALLER DE LECTURA RELATA se convirtió sin ninguna duda en la excusa perfecta del clamor de múltiples voces, en el cual lectores empedernidos y hambrientos por entrar en ese diálogo constante entre autor, lector y obra de arte y donde muchas veces se invocó a Dionisio en compañía de los juglares y trovadores que desde épocas medievales luchaban por contarle al mundo sus buenas nuevas.
Finalmente y para no aburrir al lector apasionado los invito a deleitarnos con el gran banquete LA LECTURA que todos los viernes a las 7:00 p.m. y que en tiempos de pandemia nos creó por más de 60 minutos una realidad paralela.
