Noble texto y nombre redactado del surgimiento de un grito de guerra que se proclama tres veces al día, citación de acatamiento de obligatorio cumplimiento, quien no asista a este llamado, será castigado según las reglas del Centro frio de rehabilitación para aquellas personas que cometieron un craso error en sus vidas y que hoy pérfidamente lo lamentan de rodillas pidiendo perdón al que creen que es su benefactor.
En sus hogares se encuentran sus familiares de rodillas suplicando tal vez, al mismo ser benefactor u otro con mayor poder para que pronto le den la libertad al ser querido que se encuentra en aquellas frías paredes y entre rejas oxidadas.
Entre estas pocas que ruegan e imploran pronta libertad, son madres que le perdieron pista a sus hijos perdiéndolos por varios años; entre sollozos murmuran que si los hijos supieran el daño y sufrimiento que les causan al verlos allí en soledad privados de libertad, no cometerían tal error.
No soy nadie para criticar el proceder de ellos, no soy justiciero para acabarlos de hundir, soy infalible y humano, nada perfecto, débil que puedo caer en desgracias, en manos de errores, no me acerco, puedo quemarme el rabo, creo que es de paja.
Escribo así, para darle valor y fuerza a ellos, a esas pocas personas, para cuando recobren la libertad, seré uno de los que lo estarán esperando, para encontrar lo bueno, para que nos enseñen lo mejor que hayan aprendido de tal experiencia, para que no caigamos en esos horribles designios, no lo recomendamos.
Afuera los estamos esperando.